La cantidad de mariposas monarcas se encuentra en evidente descenso desde hace varios años, un inconveniente de biodiversidad grande al que pretende poner remedio una raza nativoamericana que reside desde hace más de un siglo en la región de Oklahoma.
Una aventura curiosa e difícil del mundo animal. El desplazamiento que la mariposa monarca, una sublime cosita veloz que pesa medio gramo y con un tamaño menor una tarjeta de débito, hace cada otoño una temporada donde se mueve de un lado a otro en Norteamérica: desde Canadá y parte de Estados Unidos hasta las zonas montañosas del centro de México. Una hazaña de 5.000 kilómetros.
Cuando los días se comienzan a acortar y disminuye las temperaturas, esta especie de mariposa, muchas de las cuales residen, por ejemplo, en espacios como el Central Park, se remontan a las corrientes de aire del otoño y se hacia el lado sur del mundo. En su desplazamiento por las llanuras céntricas de Estados Unidos consiguen cubrir unos 150 kilómetros al día.
Migraciones constantes
Cuando llega a México, se agrupan millones de mariposas en las ramas de abetos sagrados, oyameles o cuyo frondosidad las protege de las fuertes temperaturas extremas. Las hierbas y árboles quedan completamente cubiertos, forrados por unos 500 millones de abanillos de color naranja y negro y puntos blancos. Siendo este su hábitat de invierno y allí reposan unos meses. Luego que el clima se calienta. Es momento de volver. Las mariposas viaja hacia Texas y otros, donde se abastecen del néctar de las asclepias, terminan apareándose y depositan en las flores sus esplendentes huevecillos.
Después persiste el heroico viaje hacia el norte y apareándose en otros lugares donde encuentran un tipo de flor carnosa llamada como algodoncillo. Aunque, su pista inicia a ser difusa. Los científicos consideran que las mariposas suele tardar entre cuatro o cinco generaciones, alrededor de 5 y 7 semanas de vida, en regresar a las regiones nativas del norte.
La mariposa migratoria, lo que encanta en el viaje al lado norte las mariposas van lentamente muriendo y las substituyen sus retoños. Pero después, la generación que en invierno comienza esa peregrinación de 5.000 kilómetros hasta llegar a tierras de México, es mucho más vieja. Logra vivir hasta 8 meses: seis veces más que sus sucesores.
Según el estudio que ha hecho National Geographic, los espectadores de la mariposa monarca no han deducido puntualmente por qué se da esta divergencia. Una suposición es que, durante el extenso vuelo hasta México, ese grupo de millones de mariposas no se topan con un parásito llamado OE, que se despierta a finales del verano. Eso le ayuda a vivir el tiempo suficiente para mejorar el periplo.
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