Expertos proponen una nueva estrategia con el fin de regular el uso de la tecnología y comunicaciones dentro del espacio urbano con el fin de ofrecer seguridad vial, entre otros puntos claves.
Ya no es una película del futuro, los automóviles rodando solos, esto es una realidad y puede ser algo descabellado ver un auto sin conductor. Por ejemplo, en Colombia, el tránsito de autos con ciertos grados de autonomía es algo muy común: algunos se han visto estacionándose solos sin la mano humana al volante, poseen encendido de luces por medio de sensores y tienen un sistema de frenos automático para posible colisión.
Hasta el momento existen cinco niveles de autonomía, donde el nivel 0 (totalmente dependiente del conductor) y los demás incrementa progresivamente hasta alcanzar el nivel 5.
En Estados Unidos, España y Alemania, gracias a su desarrollo, han llevado a cabo pruebas piloto con modelos de automóviles con niveles altos de autonomía, aunque ha presentado fallas que terminan siendo fatales para la seguridad de sus ocupantes.
Se espera que aumente la cifra de automóviles autónomos
Se espera que dentro de unos 10 años aumente la cifra de automóviles autónomos en la nación. De esta forma, el estudio ‘Retos jurídicos ante la llegada de los autos autónomos en Colombia’, de la Universidad de los Andes, plantea crear una novedosa estrategia que perfeccione la tecnología y comunicaciones, donde contemos con espacio urbano seguros libres de tráfico, pero manteniendo la normativa y regulación, que ayuden a anticiparse al momento en que estos automóviles con altos niveles de independencia rueden en las carreteras del país.
Los efectos más importantes se encontraron que las responsabilidades del método de movilidad deben ser modificadas. El automóvil autónomo, por ejemplo, tendrá que decidir si colisiona contra un muro, causando daño a las personas dentro del automóvil, o si se va a un pendiente o termina atropellando a otra persona en el exterior, estas son decisiones que ha generado un tinte ético sobre lo importante que es reglamentar su uso.
Los investigadores, de igual forma, plantean que las autoridades de movilidad deben tener una demarcación de sensores con cobertura total, debida a que la tecnología de estos autos funcionaria mejor a través de uso de cámaras y sensores que permiten detectar el entorno del automóvil, peatones, semáforos y otros agentes viales. Una mala estructura vial puede terminar en accidentes fatales.
Otro agente de importancia que se observa en la investigación es que los conductores deben estar autorizados para el manejo de este tipo de automóviles y, a su vez, las compañías fabricantes deben ser los autorizados de dar talleres de mantenimiento para su posible certificación.
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