La gestión social que se ha visto en la Región de Murcia con base a los desafíos del agua, que ya son de cuidado internacional debido al cambio climático.
Este carácter multidisciplinar y jurídico nos permite afrontar desde situaciones sostenibles de este recurso en los procedimientos productivos de compañías y entidades de la zona, el impacto ante el cambio climático se ha visto de forma social, desde la fuerte pandemia se han notado a un más esos desafíos reales con relación al uso del agua que identifica la compañía para orientar una investigación y contribuir en soluciones a ese estrés hídrico que se relaciona al cambio climático.
Por eso qué expertos agrega un efecto social que tiene el agua para los habitantes y cómo la pandemia nos ha dejado en manifiesto su papel a base de la ciencia para mantener bajo control las enfermedades, como ha sido la covid que el uso del agua es indispensable gracias a ese avance nos lleva al camino de la sostenibilidad donde la responsabilidad social ha tenido relevancias para desarrollar el lema de Agenda 2030 de mejorar sin dejar a nadie a un lado.
Grupos sociales en situación de vulnerabilidad
Gracias a eso, las Aguas de Murcia se ha asignado como medio de protección a los grupos sociales en situación de vulnerabilidad, además de la sobrevenida por la crisis financiera que fue presentada por la pandemia, mediante diferentes mecanismos de gestión social (bono social, precio plana del agua entre otros) se está estudiando el principio de que no se priva del abastecimiento de agua por motivos financieros a quienes están en peligro de exclusión.
Por lo tanto, la ciudad de Murcia se ha posicionado como una ciudad modelo ante la gestión eficiente y principalmente sostenible de los recursos naturales como lo es el ciclo urbano del agua. De esta manera, el Agua de Murcia es gestionada de manera eficiente y como resultado que debe mejorar al máximo su beneficio obviando la pérdida.
Además, una mala o defectuosa gestión puede generar pérdidas importantes del agua que no nos podemos aprobar.
Murcia cuenta con problemas añadidos al estrés hídrico caracterizados por la insuficiencia de infraestructural de agua que la solicita a ser, cada vez más, semiárida. Debido a esto, la ciudad como su zona metropolitana cuenta con un relieve plano y centro urbanos dispersos que exigen la existencia de redes de distribución muy amplias.
Por lo tanto, requiere de 2.220 kilómetros de canalizaciones, para la gestión de un servicio sostenible y así evitar las pérdidas del recurso como el agua.
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