La neuroarquitectura es un término muy común usado entre la psicología y la arquitectura que se orienta en el estudio del lugar construido y los indicios que el sistema nervioso envía al cerebro a efecto del estímulo derivado mediante la clarividencia de dicho espacio.
Si estamos rodeamos de belleza, nuestra idea del mundo sería encantadora y nos sentiremos muy felices. Esta expresión, que es tan empalagosa, tiene una verdad indiscutible para la neuroarquitectura. Por lo tanto, la neuroarquitectura se encarga de estudiar qué efectos emocionales y físicos causa la distribución de un medio en una persona.
La mayoría de las personas solemos pasar muchas horas rodeados entre cuatro paredes, bien sea en el hogar o en la oficina si tienes un trabajo en interiores. La idea es de cómo estén construidos y ordenados estos lugares, podríamos sentirnos mejor o peor. La luminosidad, la decoración, el mobiliario, las texturas, los colores, entre otros. Todo ello induce que nos sintamos de una forma u otra al ingresar y permanecer en un lugar cerrado. Por este motivo, la neuroarquitectura desea diseñar de una manera saludable que ayude al bienestar de las personas.
Existen medios que, por sus particularidades espaciales, nos inducen sensación de saciedad y sosiego, otros aportan ansiedad o intranquilidad. La neuroarquitectura se concentra de establecer cuáles son las características importantes entre los materiales de un ambiente, necesarias para que la persona perciba el espacio de forma tal que, las emociones y sus correspondientes creen estímulos acordes a la función del inmueble.
Origen de la neuroarquitectura
Es un concepto innovador, ha sido implementado por arquitectos actuales y se han centrado en diseños fundamentados en el confort de las personas, manteniendo la funcionalidad y sobre todo la estética. Diferenciando la arquitectura usual de la neuroarquitectura fundamentado en el registro de datos reales para establecer, imparcialmente, cuáles son las características aptas de cada espacio construido para el hombre con el propósito de asegurar un estado espiritual concreto.
El comienzo de la Neuroarquitectura inicia con el biólogo Jonas Salk y Louis Kahn arquitecto, quienes en 1965 inauguraron el Instituto Salk, en La Jolla, en California. Uno de los propósitos de esta construcción era impulsar la creatividad de los científicos a través de lugares diseñados para ciertos fines. Esta construcción es, sin duda, la principal de la asociación existente entre los lugares construidos y el gran rendimiento óptimo de los empleados, que se vieron estimulados a través del uso de diseño arquitectónico, aumentando la productividad y creatividad de los trabajadores.
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