Los programas referentes a la naturaleza y el cambio climático son suplementarios y las asociaciones existentes deben beneficiarse de otros para promover un impulso verde, resiliente y comprensivo. Los beneficios de un manejo inteligente con relación a la naturaleza incrementan considerablemente cuando se toma en cuenta los servicios de requisa de carbono.
La pérdida de biodiversidad y de productos ecosistémicos es un inconveniente de desarrollo, que suele perturbar en mayor medida a las naciones más pobres. Los hábitats saludables y los servicios que estos suministran son principales para el desarrollo a largo plazo de sectores financieros como la agricultura, la repoblación forestal y la pesca. Cerca de la mitad del PIB internacional se produce en los sectores que dependen a gran instancia de los servicios de los hábitats, como la polinización, la permeabilidad de agua y materias primas. Cerca de 3000 millones de habitantes en el mundo dependen de la biodiversidad marina para su consumo de proteínas y otros sustentos.
Más de la mitad de los 115 importantes cultivos alimentarios se fundamentan en la polinización animal. En las naciones en vía de desarrollo, los lagos, bosques, ríos y océanos contribuyen con una proporción indicadora de los alimentos, ingresos familiares y combustibles, y forman una red de defensa social de gran valor en tiempos de crisis, exclusivamente para los pobres que habitan en zonas rurales.
Activos naturales
Aunque, la funcionalidad e integridad de estos activos naturales esenciales son vistos cada vez más involucradas, debido a que entre el 60 % y el 70 % de las biosferas del mundo se han ido degradando más rápido. La gestión improcedente del medioambiente y en especial de los recursos naturales da espacio a pérdidas financieras considerables.
Por ejemplo, una máquina de USD 80 000 millones al año se desperdicia debido al malo, servicio de la pesca en los mares. La contaminación de la atmósfera es el principal peligro medioambiental para la salud, con un precio semejante al 6,1 % del PIB internacional al año. Haciendo de la naturaleza una amenaza, afectando a un millón de especies vegetales y animales, de un total apreciado de 8 millones, están en peligro de extinción, la mayoría de ellas en un plazo de diez años, según el último estudio desde 1970, cerca de 18 categorías de servicios de los hábitats han disminuido.
Por ejemplo, la pandemia de COVID-19 dejo en manifiesto las relaciones que existen entre la naturaleza y la salud humana, ya que cerca del 70 % de los nuevos malestares infecciosos tienen un principio zoonótico. Los patógenos progresan donde hay cambios ambientales, por ejemplo la tala, y cuando los hábitats naturales están siendo sometidos a estrés a raíz de la gestión humana y el cambio climático.
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