La superficie total de tierra usada por cultivos ha incrementado desde el 2003, posicionándose en un 9%. Una investigación basada en imágenes de satélite demuestra que igualmente ha incrementado la productividad por hectárea y se ha minimizado la superficie que requiere cada habitante del mundo para conseguir alimentos. La población se ha desarrollado más que las áreas de cultivo en ese intervalo de tiempo.
El aumento de la población a nivel mundial y el incremento de los niveles de vida están generando una expansión y aumento del uso de la tierra agraria mundial para indemnizar la progresiva demanda de alimentos, diferentes productos básicos y biocombustible, aunque, este incremento de la superficie cultivada ha ido amenazando la función correcta de muchos ecosistemas e inclusive llevando a la extinción de especies por medio de la pérdida y desintegración de sus hábitats naturales.
Una realidad que entra verdaderamente en contradicción de los Objetivos de Desarrollo expuestos por las Naciones Unidas, que exigen nivelar el incremento de la producción agrícola con el sustento de las actividades ecosistémico.
Las cifras son evidentes
La superficie total de tierra se encuentra invadida por los cultivos y ha incrementado desde 2003 posicionándose en un 9%, indicando que un millón de kilómetros cuadrados abarca este pequeño pero significante porcentaje. Esa es una superficie similar al tamaño de Egipto o el doble de España, aunque la mitad de estas tierras cultivadas substituyó a la vegetación natural como prados o bosques. Donde la otra mitad procedió de la reforestación de espacios de cultivos abandonados o la transformación de pastos, todo esto ha sucedido en tiempo donde la población mundial ha incrementado un 6.400 a 7.700 millones de habitantes.
Eso queda bien especificado en el estudio fundamentado en nuevos mapas relacionado con el cambio mundial sobre las tierras de cultivo, que demuestran el progreso entre 2003 y 2019, esta investigación se hizo por medio imágenes tomadas por el satélite Landsat. Los descubrimientos, que añaden registros de la NASA con la producción primaria neta de las zonas de cultivo, han sido anunciados por medio de la revista Nature Food con imágenes que se puede las zonas cultivadas que fueron más o menos beneficiosas con un tiempo.
Esta investigación ayuda a reconocer el equilibrio entre las carencias de producción de alimentos y la conservación de los ecosistemas, el resguardo de la biodiversidad y sobre todo los esfuerzos para retener carbono y evitar el cambio climático.
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