Desde hace tiempo se ha considerado que las tarjetas de crédito generan un gran impacto ambiental. Por tal motivo, la compañía sueca Doconomy ha desarrollado la primera tarjeta del que no te permitirá comprar más nada cuando esta agote su cuota máxima de carbono llamada: DO Black.
La pandemia del coronavirus hizo cambiar al mundo y nuestros hábitos. Algunos son totalmente nuevos, como el protocolo de seguridad e higiene personal y otros factores que han potenciado instrumentos que ya usábamos. En el uso de las tarjetas de débito o crédito que se han convertido en la técnica de pago preferida por los españoles. No solo por el desarrollo exponencial de la compraventa electrónica, sino igualmente a la hora de adquirir en una tienda física, por la predisposición a limitar al máximo los posibles para dañar el mundo.
Según una investigación, el uso de la tarjeta Visa, en España, ha incrementado en los últimos años, cerca de un 37% y un 25% usan tarjeta de crédito. En otras naciones el incremento ha sido mayor, por ejemplo Japón, donde, el ritmo actual, se quedarán sin acceso disponible para nuevas tarjetas hasta el 2025.
Herramientas que ayudan al medio ambiente
Como no lograba ser de otra forma, estas pequeñas herramientas de plástico no son extrañas a la predisposición ‘verde’ y desde hace tiempo los bancos están trabajando para minimizar el impacto ambiental de su uso y minimizar la huella de carbono. En primer término, dejando de usar materiales vírgenes para su elaboración y escogiendo por PET y PVC como materia prima reciclada. Muchas entidades bancarias tienen proyectos para recuperar plástico de los océanos y fabricar tarjetas.
Otras agencias van más allá y brindan a sus clientes tarjetas biodegradables totalmente orgánicas, certificadas por Mastercard y Visa, que usan ácido poliláctico (PLA), un relevo plástico elaborado a base de residuos de maíz, cuyo material no pierde calidad con se ha visto en las fabricadas con material de reciclaje que adema no es tóxica si se quema.
Igualmente, cada vez más agencias recogen las tarjetas vencidas o dañadas de sus clientes para usarla como reciclaje y asegurar que ninguna tarjeta de plástico termine en el vertedero.
Existen compañías que han ido más allá del concepto de tarjeta ecológica a la creación de DO Black, la nueva tarjeta que viene con un límite de CO₂. Por lo que esta dejara de funcionar cuando caduque su dosis impuesta por la entidad bancaria.
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