Se ha comprobado que la mayoría de los problemas de salud de las personas hispanoamericanas están relacionados con una mala alimentación, de la cual se extienden dos consecuencias muy graves: la desnutrición y obesidad. Pero expertos ha creado diferentes alternativas para solventar estas situaciones que ha existido desde hace cientos de años, pero están almacenadas en la memoria de nuestros ancestros y opacadas por las industrias de alimentos.
Mediante los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y alimentación, el hambre, sobrelleva a la desnutrición extrema, por lo que la carencia de micronutrientes son causantes de muchas enfermedades que pueden llevar a la muerte, lo mismo pasa con la obesidad y el sobrepeso que terminan afectando más a las personas de pocos ingresos, a mujeres de poca alimentación, de raza indígenas, familias rurales y afrodescendientes.
Causa de una mala alimentación
Entre las importantes causas del aumento de la mala alimentación tenemos a las poblaciones vulnerables que están sujetas a cambio a lo largo de su vida y que han sufrido los procedimientos alimentarios de un territorio, a partir su producción hasta su consumo.
Indispensablemente, este fue el argumento base que se planteó en el VI Congreso Internacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos en el año 2019. La gestión ser desarrolló con la participación de alumnos e investigadores de ingeniería y tecnología de alimentos, así como a expertos de la industria alimentaria con valor nacional e internacional, para plantear trabajos y programas sobre el precio de los alimentos que son funcionales para una dieta apropiada y la protección y resguardo de la biodiversidad.
El debate terminó como una de los motivos más significativos detrás de los hechos indicados es el abandono de los hábitos de alimentación y de las prácticas culinarias, gracias a que en un territorio megadiversa como por ejemplo la Mesoamérica, espacio donde hallamos frutas y verduras en gran enorme variedad, es injustificable ignorar el precio nutricional y la gran contribución proteica que pueden aportar especies ancestrales como el maíz, quelites, ojoche, y otras plantas comestibles.
Estas especies, que han subsistido a pesar del encuentro de otros cultivos de vital importancia económica y más que han sido sometidas al uso de herbicidas, son el asiento actual de movimientos mundiales para el cambio del paradigma alimenticio.
Nutricionistas al frente
Hay expertos en nutrición que propone un estilo de vida diferente y a bajo precio, donde la alimentación debe mantenerse “buena, limpia y sobre todo justa”. Muchos opinan que la comida tradicional solo se basa en platillos grasosos o que sean altos en calorías, pero si estudia a fondo su estructura y composición, se revela que pueden ser alimentos balanceados e igualmente sabrosos.
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