El agua desafío y oportunidad para el medio urbano

El pasado 31 de octubre se celebró el Día Mundial de las Ciudades, suscitado por la ONU para inducir un urbanismo que conforme y cree espacios más verdes, sostenibles y objetivos. En un argumento de desarrollo de población y de reencuentros ambientales y climáticos, el sector del agua brinda soluciones para mejorar la resiliencia y la conciliación de los medios urbanos.

Desde el año 2014 cada 31 de octubre se conmemora este día especial, es una efeméride declarada por la Asamblea General de las Naciones Unidas para impulsar la colaboración entre países con el propósito de contribuir al progreso urbano sostenible a nivel mundial.

En ese perfil de fomento de la colaboración, la festividad de 2022 tuvo espacio en Shanghái (China) con un lema característico de “Actuar localmente para llegar ser globales”. Su propósito es contar con diferentes socios para intervenir con experiencias y puntos de vista que aprueben a los gobiernos nacionales y regionales fundar ciudades más verdes, objetivas y sostenibles.

Una buena urbanización induce el desarrollo

La ONU piensa que el urbanismo bien diseñado puede inducir el desarrollo social, económico y sobre todo ambiental; siendo estos tres vectores puntuales de la sostenibilidad. Las ciudades logran ser el foco del cambio hacia un planeta más sostenible y más si se toma en cuenta su peso en el rastro humano sobre el planeta: cerca del 50% de la humanidad habita en medios urbanos; pero estos son también el lugar donde se crea el 80% del PIB y cerca del 70% de las fuentes de emisiones de gases del efecto invernadero.

Agenda 2030

Se estima que en el capítulo 2030 de la ONU son 17 objetivos que se desean desarrollar dentro de ciudades sostenibles. El ODS11 titulado: Ciudades y comunidades sostenibles desear a “conseguir que las ciudades y los urbanismos humanos sean comprensivos, seguros, resilientes y finamente sostenibles”.

Es una aspiración laudable, y además de un desafío difícil de conseguir gracias a que las ciudades afrontan en ese siglo XXI una cadena de desafíos sociales y financieros, desarrollados igualmente por el deterioro ambiental y lo que vemos a diario, el cambio climático: problemas de movilidad, contaminación que termina afectando la calidad del aire, incremento extraños de temperaturas asociados con olas de calor letales, dificultades con el acceso al agua, gestión de lluvias y las inundaciones que estamos viviendo a nivel mundial.

Todo es un aumento de retos que exigen a los administradores locales a tomar medidas de forma inmediatas para fomentar la resiliencia y conciliación de las ciudades a la perspectiva del siglo XXI.

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