El transporte es uno de los sectores que más emisiones de gases de efecto invernadero produce, lo que agrava el cambio climático y sus consecuencias en la salud de las personas y en el medio ambiente. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2019 el transporte fue responsable del 27% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Europa.
Además, los vehículos automotores generan partículas contaminantes que afectan la calidad del aire y provocan enfermedades respiratorias, cardiovasculares y hasta cáncer. La OMS estima que 9 de cada 10 personas en el mundo respiran aire contaminado, lo que representa una amenaza para la salud pública.
¿Cómo podemos contribuir a un transporte más sostenible?
Es momento de tomar medidas para reducir el impacto ambiental del transporte y promover alternativas sostenibles, como el uso de la bicicleta, transporte público eficiente, vehículos eléctricos y uso de combustibles alternativos.
1. Promover el uso del transporte público: Una de las formas más eficaces de reducir la huella de carbono es utilizar el transporte público. Las ciudades pueden invertir en una infraestructura de transporte público de calidad y en programas que fomenten su uso, como el descuento de tarifas para estudiantes y personas de bajos ingresos.
2. Fomentar la movilidad sostenible: Las ciudades pueden implementar líneas de metro, carriles bici, transporte de vehículos eléctricos y otros sistemas de transporte público que no utilizan combustibles fósiles. También pueden fomentar la movilidad sostenible a través de campañas educativas y de concientización.
3. Uso de vehículos eléctricos: Los vehículos eléctricos son una alternativa sostenible que está ganando terreno en el mercado. Aunque su precio es más alto que el de los vehículos convencionales, a largo plazo resultan más económicos y reducen considerablemente las emisiones de CO2.
El transporte sostenible depende de nuestro compromiso como sociedad para trabajar en modelos de movilidad más amigables con el medio ambiente. Es fundamental considerar las opciones que las ciudades tienen para fomentar el cambio y contribuir a la lucha contra el cambio climático. Debemos invertir en soluciones sostenibles, reducir nuestro impacto en el medio ambiente y mejorar la calidad de vida de las personas. ¡La responsabilidad es de todos!