Un espacio donde concurren los más extraños y fantásticos ejemplares de la naturaleza.
El profesor Cornelis Johannes Marinkelle, emérito de la Facultad de Ciencias y parasitólogo, tenía almacenado desde 1963 muestras exclusivas de diferentes cuerpos y objetos que actualmente quedaron en el Museo de Historia Natural de la Universidad de los Andes. Luego de su investigación y contribución a la academia, la galería ha ido seleccionando ejemplares especiales que aportan al progreso de las especies y la evolución de los hábitats.
«La ciencia se basa en ensayo y error. Por ellos evidenciar la biodiversidad, como se realiza en el museo, facilita los métodos de investigación», explica el profesor de Los Andes, Carlos Guarnizo.
Este espacio constituye sus ejemplares en 10 colecciones, cada una de ellas bajo el cuidado del curador y experto en cuestión que guía alumnos y los motiva a progresar en las historias atrás de cada especie.
Aunque no es el museo más grande e importante de la historia natural, sí es la más actualizada y moderna cuenta con registros más actuales.
Las colecciones del museo más importante son:
- Aves
- Herbario
- Mamíferos
- Insectos
- Invertebrados marinos
- Reptiles
- Anfibios
- Hongos
- Peces
- Bacterias
- Biobank (tejidos)
Cada uno de estos organismos son los comprometidos de que la naturaleza progrese y se mantengan los hábitats. En Colombia, cerca del 70 % de energía procede de hidroeléctricas: de desde allí las especies como el popular Ernesto Pérez Fraijelón asegura que el agua descienda de los páramos y su fluidez produzca energía que consumimos diariamente.
Guarnizo indica que los frailejones funcionan como esponjas, pues por medio de sus hojas captura la humedad para almacenar agua, que luego llegara a los ríos y pequeños riachuelos.
Otro ejemplo de ello es un mundo sin animales y su procedimiento de polinización o el uso de bacterias y hongos, para la conservación de los suelos, no existirían los bosques.
En la actualidad, la administración científica del museo la dirige el Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad, aunque la dirección dependiente de llevar a cabo el seguimiento de protección es BioCore y está bajo la supervisión del biólogo y experto en ranas Carlos Guarnizo.