Agentes que cambia la vegetación

Se considera que cada ecosistema cuenta con diferentes tipos de plantas, algunas requieren de abundante agua para sobrevivir. Por ejemplo, las algas son un tipo de vegetales verdes, que residen en el agua. Algunas especies son grandes, otras están constituidas por una sola célula. Son de vital importancia para la vida en el mundo: las algas marinas originan gran parte del oxígeno al planeta.

En cambio, los hongos no poseen clorofila. No realizan fotosíntesis, pero asumen una utilidad esencial, se encarga de: descomponen la materia orgánica sin vida y excretan nutrientes para que sean utilizados nuevamente.

De este modo, los líquenes están constituidos por un hongo y un alga que viven relacionados, beneficiándose recíprocamente. Esta asociación es conocida como simbiosis. El alga genera sustancia orgánica en el procedimiento de fotosíntesis, el hongo toma el agua y sales minerales y los dos progresan juntos.

La vegetación cambiante en las praderas

Consideremos que en las praderas, sabanas, llanuras y estepas ocupan los territorios donde la lluvia no alcanza para permitir el desarrollo de los bosques, pero es apto para el desarrollo de pastos y matorrales.

Las praderas naturales hospedan grandes rebaños de herbívoros, roedores, diferentes especies de aves que consumen semillas e insectos e infinidades de carnívoros depredadores.

Se estima que cada especie de herbívoros que mora en el lugar tiene sus hierbas escogidas, de forma que existe un consumo equitativo de las diferentes plantas. Asimismo, consumen los brotes de pequeños arbustos, frenando su multiplicación rivalizando con el desarrollo de los pastos. Sus excrementos se encuentran abonando en el terreno. Hormigas, roedores y otros animales cavan el suelo, ayudando a airearlo.

De igual modo, si cae un rayo, logran quemarse los pequeños brotes leñosos, aunque las raíces, semillas y yemas permanecen a salvo en el subsuelo. Cuando incremente la humedad, vuelven a crecer. Habitualmente son fuegos resueltos, que abarcan poco espacio.

Pero cuando se genera un incendio, pensando en ayudar en el desarrollo posterior de pastos tiernos usado para ganado, puede minimizar la biodiversidad, bajando la calidad de la materia orgánica, que no se devuelve a la tierra debido a la quema.

Si el ganado empieza a pastar antes de la aparición de la nueva vegetación, se altera el equilibrio ecológico. Los animales terminan poco a poco con los pequeños brotes de pastos que escogen como alimento e incrementa los pastos malos, que no funciona como forraje.

Asimismo, durante la quema se suele perder gran parte de los nutrientes naturales del suelo. Minimizan los elementos minerales, terminando enceniza, desapareciendo la materia orgánica.

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