Reproducción de las plantas

Las plantas suelen reproducirse por medio de sus flores, semillas y frutos. Asimismo, pueden tener diferentes procesos de multiplicación vegetativa. Procesos que son naturales como en los tubérculos, bulbos y rizoma o ayudados por la interposición humana, como los injertos.

Otros tipos de vegetales no tienen flores y, por lo tanto, no consiguen tener frutos ni producción de semillas. Se suelen reproducir a través de esporas, en este ejemplo tenemos los helechos, hongos y algas.

El primer proceso de su reproducción floral es la llamada polinización, este proceso es el transporte del grano por medio del polen al pistilo, donde queda inserto por un líquido viscoso.

La polinización, un proceso importante

La polinización consigue ser inmediata, cuando al pistilo de la planta llega al polen procedente por la misma flor.

La polinización cruzada es la más empleada que se origina cuando a una flor sujeta el polen derivado de otra. La transferencia del polen lo lleva a cabo el viento o algunos animales (habitualmente insectos)

Las flores que son polinizadas por medio de los insectos se determinan por tener coloraciones y perfumes muy atractivos, que funcionan para atraerlos. En el momento que el insecto pasa de una flor a otra, transportando el polen sin darse cuenta en sus antenas y alas.

Las flores fertilizadas por el viento son menos encantadoras. Las partículas de polen suelen posee dispositivos que ayudan en el arrastre por el viento. En este tipo de reproducción tenemos a especies de cereales, pinos, alisos y los nogales.

Una vez desarrollada las semillas o los frutos que tienen esas semillas, deben ser esparcidos. Es decir, es preciso que se extiendan, habitando la mayor área de terreno posible. La diseminación consigue realizase por la propia planta o con la asistencia de animales.

Diferentes frutos se abren de forma espontánea cuando alcanza la madurez para dejar ver sus semillas como (frijoles). Hay especies que no se abren y suelen caer en frutos enteros, como los de cuerpos carnosos (frutas, tomate) y algunos frutos secos (trigo, maíz, girasol).

También los frutos del cardo poseen una serie de vellos plumosos que favorecen en la reproducción, arrastrándolos por el viento recorriendo largas distancias. Otros frutos están suministrados de una pequeña laminilla que funciona como un ala y planean con el viento.

Las semillas igualmente logran ser esparcidas por animales. Algunas se encuentran en los frutos carnosos, con sustancias sabrosas y sobre todo nutritivas como; tomates, uvas, aceitunas, guayabas, manzanas. Estas sustancias no son precisas para el desarrollo de las semillas y están predestinadas a atraer a los animales que la consuman. Cuando mamíferos y aves se alimentan de estos frutos, consumen sus semillas. Estas cruzan el tubo digestivo sin tener algún daño y son dejadas en el suelo a través de los excrementos.

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)