Las plagas están producidas por animales e hierbas nocivas y por enfermedades causadas por virus, hongos y hasta bacterias. Las plagas producen daños a las cosechas. Estos perjuicios pueden ocasionarse por ataques continuos a los cultivos, o por rivalizar con ellos, por conseguir más espacio y nutrientes.
Se consideran que las malas hierbas progresan en los sembradíos luchando por los nutrientes, la luz y el agua a la planta cultivada. El altercado contra ellas se fundamentó en la prevención (tratando de impedir que sus semillas lleguen al suelo) y en arruinar una vez integrada a la tierra.
Para eliminar las malas hierbas, en la mayoría de los casos se acude a los herbicidas, que son un tipo de sustancias químicas. Son productos tóxicos para quien la usa puede contaminarse asimismo dañando también el suelo y el agua.
Otras plagas están producidas por animales, principalmente insectos, como por ejemplo la mosca del olivo, los pulgones, el escarabajo de la papa, y las orugas de mariposas. Contra las plagas se logra usar insecticidas, pero estos poseen el químico que igualmente matan a los insectos protectores.
Control de las plagas
A largo plazo es útil la eliminación de los insectos nocivos a través del control biológico de plagas. Este procedimiento se fundamentó en respetar y beneficiar los enemigos naturales de ciertos insectos (sapos, aves insectívoras, avispas, lagartijas) y al integrar otros animales que terminan siendo enemigos de las plagas es la mejor opción.
Las plantas igualmente pueden ser embestidas por virus, hongos y bacterias. Se pueden infectar por medio del agua de riego, a través del viento, por las herramientas utilizadas en los cultivos y por el contacto de una planta contaminada con otra. La humedad y el calor pueden favorecen la propagación de las plagas.
Los hongos y bacterias producen manchas blancas o marrones en hojas, tallos y hasta en los frutos. En muchas oportunidades terminan pudriendo los tallos, raíces, y frutos. Los virus causan deformaciones, modifican el color natural y plegadura de las hojas.
Impedir que las enfermedades surjan o se desarrollen, podemos encontrar medidas preventivas como: rotar los tipos de cultivos, humedecer el suelo, no saturar de plantas el lugar, usar semilla sana, usar abono natural que esté descompuesto, quemar los desechos de las plantas enfermas.
Igualmente, son muy lucrativas ciertas prácticas agrícolas sencillas para lidiar contra las plagas. Por ejemplo, prepararla la tierra para el cultivo, dejando a los insectos a la vista de las aves que los consumen y del sol directo que los seca.