Focas con GPS para investigar el deshielo en la Antártida

En la última década un grupo de expertos ha comenzado a realizar equipos basados en el registro de información oceanográficos a través de animales marinos como en focas para poder apreciar el comportamiento de las aguas y sobretodo del hielo de la Antártida por un intervalo de tiempo.

Las plataformas internacionales de la Antártida son una de los territorios biológicamente más productivos de los océanos a nivel mundial como efecto de la gran cantidad de alimentos producidos por las interacciones entre el hielo marino, las corrientes oceánicas y el terrestre. Aunque gracias a la dificultad de cumplir observaciones oceanográficas por embarcaciones  en la plataforma continental recubiertas por hielo terrestre, estos cambios de agua y sus cambios estacionales aún no se comprenden perfectamente. Para solucionar esta duda, un grupo de expertos japoneses llevan unos años realizando registro de datos a través de animales activos como las focas, una práctica innovadora que podría cambiar el futuro de la Antártida.

Descubrimiento, realizado por expertos

Este descubrimiento, realizado por expertos del Instituto de Investigación Polar de Japón, ha dado a conocer los datos registrados tras la conductividad, profundidad y temperatura, fundamentales para establecer las características del océano y apreciar su origen. Estudios preliminares que usaron instrumentos juntados a los elefantes marinos y las focas de Weddell habitantes, un depredador que tiene la capacidad de sumergirse en las profundidades, habían presenciado algunos procedimientos físicos encantadores en las zonas antárticas, expone Nobuo Kokubun, autor del estudio, pero, hasta en este momento, apenas ha estudiados zonas costeras cubiertas de un tipo de hielo terrestre.

El estudio se fundamentó especialmente en la Antártida oriental, un territorio con una gran cantidad de focas donde los vientos violentos catabáticos incrementan la producción de hielo marino a las polinias litorales, zona de agua de mar abierto y no congeladas envueltas de hielo marino. Aunque estas formaciones, ubicadas junto a grandes amplificaciones de  hielo marino pegado a la playa (llamada como hielo terrestre), siendo afectadas por el incremento de las temperaturas generado por el cambio climático, generando una amenaza para los  depredadores como las mismas focas de Weddell o la población de pingüinos emperador.

Fue exactamente allí donde los expertos llevaron a cabo la invitación explorando las situaciones oceanográficas duras y sus resultados biológicas, usando sensores vía satélite con adhesivo a las cabezas de 8 focas de Weddell en el 2017. Estos sensores pesaban medio kilogramo y eran del tamaño similar a un cubo de Rubik. Las zonas fueron cerradas por su abundante cantidad de hielo terrestre y la carencia de plataformas continentales polinias o anchas costeras diferentes.

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